Se han escrito ríos de tinta sobre la lactancia materna, si es mejor que el biberón, o si hay que complementar ambos. Tras muchos años de estudio, la conclusión es clara: durante los 6 primeros meses de vida, siempre que sea posible los bebés deben alimentarse exclusivamente de la leche de su madre. Subrayamos la parte de si es posible: si por trabajo o salud no lo fuera, una mujer no debe sentirse culpable por dar biberón a sus hijos.

Los beneficios de la lactancia EXCLUSIVA durante los primeros 6 meses están más que demostrados, y así como el continuar la misma hasta el primer o segundo año de vida como complemento de la alimentación normal. Y esto es así no porque la leche materna sea la que más alimenta, sino por la cantidad de sustancias que incluye: anticuerpos que protegen al bebé contra enfermedades, hormonas que favorecen su desarrollo, micronutrientes que le ayudan a estar más sano, y probióticos que mejoran su digestión y salud.

Los cuidadores y las familias de lactantes y niños menores de 5 años que acudan a las instalaciones de atención primaria de la salud deben de recibir un asesoramiento nutricional que incluya la promoción y el apoyo de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, continuada hasta los 24 meses o más, puesto que disminuye el riesgo de muerte por cualquier causa de los bebés, y los protege de la obesidad y el sobrepeso durante su vida posterior.

A partir del 6 mes de vida los bebés empiezan a necesitar otros nutrientes además de los que aportan la leche materna, y por eso se recomienda empezar a esa edad a ofrecer otros alimentos.

¿Sabías que la lactancia materna tiene beneficios también para la salud de la madre?

  • Fortalece el vínculo de efecto entre la madre y el hijo
  • Favorece la pérdida del peso ganado por la madre durante el embarazo
  • Ayuda a que el útero regrese a su tamaño previo
  • Reduce el sangrado posparto, lo que puede ayudar a prevenir la anemia
  • Reduce la probabilidad de sobrepeso y obesidad de la madre posterior al embarazo
  • Es relajante, eleva la autoestima de la madre, disminuye la tristeza y depresión posparto
  • Reduce el riesgo de cáncer de ovario y cáncer de mama